8-11-2018
Psicoanalisis.
EL APARATO PSÍQUICO
El psicoanálisis, llama aparato psíquico a la estructura o a las diferentes modalidades que toma la energía psíquica o libido en los procesos mentales del sujeto.
Freud, formuló dos tópicas de la estructura del aparato psíquico:
• 1° tópica:
-Consciente: es la parte más próxima al mundo externo. Es la más superficial y fácil de conocer.
-Preconsciente: es la sección del aparato psíquico que opera como reservorio de contenido que puede ser fácilmente recuperable a la conciencia. Está formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías y representaciones que no están presentes en la conciencia, pero que son susceptibles de hacerse conscientes en cualquier momento sin tener que vencer gran resistencia.
-Inconsciente: lo conforman contenidos reprimidos, no permitidos e involuntariamente expulsados de la consciencia.
Leyes que rigen el inconsciente:
Atemporalidad: coexisten los deseos infantiles y adultos, se mezclan los tiempos.
Ausencia de contradicción: Los deseos o sentimientos opuestos pueden convivir sin que generen conflicto.
Predominio del principio de placer: la realidad psíquica está por encima de la realidad material. No se puede esperar para satisfacer el deseo. Es la búsqueda del placer sin ningún tipo de censura.
Proceso primario: establece la posibilidad de que el deseo realice distintas transformaciones. En los sueños estas se producen de forma permanente, en especial los desplazamientos y condensaciones.
El psicoanálisis, llama aparato psíquico a la estructura o a las diferentes modalidades que toma la energía psíquica o libido en los procesos mentales del sujeto.
Freud, formuló dos tópicas de la estructura del aparato psíquico:
• 1° tópica:
-Consciente: es la parte más próxima al mundo externo. Es la más superficial y fácil de conocer.
-Preconsciente: es la sección del aparato psíquico que opera como reservorio de contenido que puede ser fácilmente recuperable a la conciencia. Está formado por aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías y representaciones que no están presentes en la conciencia, pero que son susceptibles de hacerse conscientes en cualquier momento sin tener que vencer gran resistencia.
-Inconsciente: lo conforman contenidos reprimidos, no permitidos e involuntariamente expulsados de la consciencia.
Leyes que rigen el inconsciente:
Atemporalidad: coexisten los deseos infantiles y adultos, se mezclan los tiempos.
Ausencia de contradicción: Los deseos o sentimientos opuestos pueden convivir sin que generen conflicto.
Predominio del principio de placer: la realidad psíquica está por encima de la realidad material. No se puede esperar para satisfacer el deseo. Es la búsqueda del placer sin ningún tipo de censura.
Proceso primario: establece la posibilidad de que el deseo realice distintas transformaciones. En los sueños estas se producen de forma permanente, en especial los desplazamientos y condensaciones.
Manifestaciones del inconsciente:
-Sueños: para Freud son la vía regia del inconsciente. Son la realización de deseos. Pero estos deseos aparecen disfrazados y por eso es difícil conocerlos.
-Actos fallidos: son aquellos olvidos de nombres o palabras, equivocaciones al leer, escribir o hacer algo, a las sustituciones y los errores que cometemos en la vida diaria, que se deben a causas desconocidas y surgen involuntariamente.
-Chistes: representan una vía sencilla de decir lo que sentimos o pensamos, sin tener la obligación de hacernos cargo de ello, precisamente porque es un “chiste”.
-Síntomas neuróticos: todo síntoma es señal de algo, éste está indicando algún desajuste psíquico entre un deseo inconsciente y la imposibilidad de satisfacerlo.
-Sueños: para Freud son la vía regia del inconsciente. Son la realización de deseos. Pero estos deseos aparecen disfrazados y por eso es difícil conocerlos.
-Actos fallidos: son aquellos olvidos de nombres o palabras, equivocaciones al leer, escribir o hacer algo, a las sustituciones y los errores que cometemos en la vida diaria, que se deben a causas desconocidas y surgen involuntariamente.
-Chistes: representan una vía sencilla de decir lo que sentimos o pensamos, sin tener la obligación de hacernos cargo de ello, precisamente porque es un “chiste”.
-Síntomas neuróticos: todo síntoma es señal de algo, éste está indicando algún desajuste psíquico entre un deseo inconsciente y la imposibilidad de satisfacerlo.
• 2° Tópica: Freud la postula en 1920 como complementaria de la 1°.
En el comienzo de la actividad psíquica (nacimiento) el ser humano es todo ello, es decir, pulsiones básicas, la energía que pone en movimiento toda nuestra conducta y que está orientada a satisfacer el principio de placer. El ello no escucha ni responde a la realidad externa. Es, sostiene, un sector del psiquismo “más amplio, importante y oscuro que el yo”: carece de unidad y síntesis, e incluso de “coherencia”. Su naturaleza está determinada por la búsqueda ciega de satisfacción de los impulsos.
Es sobre él que las otras dos instancias del aparato psíquico así constituido (yo y superyó), se erige pero con los que mantiene una relación de tensión.
El yo responde al principio de realidad y evoluciona a partir del ello. Satisface las pulsiones del ello. El yo organiza la vida anímica y responde a 3 amos (ello, superyó y realidad exterior).
El superyó representa la ley y el deber. Contiene las nociones morales de lo obligatorio y de lo prohibido. Contiene “el ideal del yo”, es decir la representación deseada, ideal de lo que el sujeto quiere ser. El superyó se crea como consecuencia de la imposición de la ley paterna y contiene los lineamientos de la moral propios de la cultura que vive el sujeto.
La dialéctica del aparato psíquico
Nos representamos al yo como la capa exterior del aparato anímico (del ello) modificada por influencia del mundo exterior (la realidad); mientras que el yo es lo superficial, el ello es lo profundo; el yo se encuentra entre la realidad y el ello, que es lo propiamente anímico.
De este modo el yo dirigido por el ello, observado por el superyó, rechazado por la realidad, el yo lucha por llevar a cabo su misión, la de establecer una armonía entre las fuerzas. Cuando el yo tiene que reconocer su debilidad provoca angustia, angustia real ante el mundo exterior, angustia de conciencia ante el superyó y angustia neurótica ante la fuerza de las pasiones en el ello.
En el comienzo de la actividad psíquica (nacimiento) el ser humano es todo ello, es decir, pulsiones básicas, la energía que pone en movimiento toda nuestra conducta y que está orientada a satisfacer el principio de placer. El ello no escucha ni responde a la realidad externa. Es, sostiene, un sector del psiquismo “más amplio, importante y oscuro que el yo”: carece de unidad y síntesis, e incluso de “coherencia”. Su naturaleza está determinada por la búsqueda ciega de satisfacción de los impulsos.
Es sobre él que las otras dos instancias del aparato psíquico así constituido (yo y superyó), se erige pero con los que mantiene una relación de tensión.
El yo responde al principio de realidad y evoluciona a partir del ello. Satisface las pulsiones del ello. El yo organiza la vida anímica y responde a 3 amos (ello, superyó y realidad exterior).
El superyó representa la ley y el deber. Contiene las nociones morales de lo obligatorio y de lo prohibido. Contiene “el ideal del yo”, es decir la representación deseada, ideal de lo que el sujeto quiere ser. El superyó se crea como consecuencia de la imposición de la ley paterna y contiene los lineamientos de la moral propios de la cultura que vive el sujeto.
La dialéctica del aparato psíquico
Nos representamos al yo como la capa exterior del aparato anímico (del ello) modificada por influencia del mundo exterior (la realidad); mientras que el yo es lo superficial, el ello es lo profundo; el yo se encuentra entre la realidad y el ello, que es lo propiamente anímico.
De este modo el yo dirigido por el ello, observado por el superyó, rechazado por la realidad, el yo lucha por llevar a cabo su misión, la de establecer una armonía entre las fuerzas. Cuando el yo tiene que reconocer su debilidad provoca angustia, angustia real ante el mundo exterior, angustia de conciencia ante el superyó y angustia neurótica ante la fuerza de las pasiones en el ello.
ESTRUCTURACIÓN DE LA IDENTIDAD PSÍQUICA:
Las pulsiones son los impulsos psíquicos que empujan a la acción y motivan la conducta de manera fundamental; situando la satisfacción del deseo en diferentes zonas erógenas.
La pulsión no tiene un objeto prefijado o predeterminado.
FASES DE EVOLUCIÓN PSICOSEXUAL:
• Etapa oral: desde el nacimiento hasta los 2 años. La zona erógena es la boca y el placer se encuentra en la succión.
• Etapa anal: desde los 2 a los 4 años. La zona erógena es el ano y el placer se encuentra en el retener y expulsar. Siente placer al controlar sus deposiciones y en mostrarlas como signo de su capacidad de producir.
• Etapa fálica: desde los 4 a los 6 años. Se denomina etapa fálica porque se centra en el falo, representación psíquica del pene. Es la etapa de la primacía universal del falo (el niño cree que todo y todos tienen pene), luego va descubriendo la diferencia anatómica entre hombre y mujer, estas primeras percepciones las organiza como fálico-castrado. En este momento se desarrolla el complejo de castración, que consiste en los varones en temor a perder el pene y en las nenas en la envidia de pene.
Según Freud, el primer objeto de deseo es la madre, tanto para el varón como para la nena. Pero en esta etapa la niña se desilusiona de la madre por estar castrado y dirige su deseo hacia el padre.
Alrededor de los 5 años se da el sepultamiento del complejo de Edipo, el deseo de la niña de tener un pene por desplazamiento pasa a querer tener un hijo.
En el varón, renuncia a su madre por temor a perder su pene. Aquí el padre aparece como el elemento castrador, y es fundamental el papel del padre para que internalice la norma, la ley, el límite.
Durante la etapa del complejo de Edipo, la niña se identifica con su madre para lograr el amor de su padre y el niño se identifica con su padre para lograr el amor de su madre.
En el sepultamiento del complejo de Edipo, el aparato psíquico a adquirido un nuevo elemento: el Superyó, el padre y la madre se internalizan como figuras que establecen normas y las identificaciones básicas que formarán el ideal del yo.
• Etapa de latencia: toda la actividad libidinal que estaba tan activa queda suspendida, o mejor dicho existe una sublimación de esta actividad, la energía psíquica es dirigida a otras modalidades que sí son aceptadas social y culturalmente, como son el arte y los deportes.
Las pulsiones son los impulsos psíquicos que empujan a la acción y motivan la conducta de manera fundamental; situando la satisfacción del deseo en diferentes zonas erógenas.
La pulsión no tiene un objeto prefijado o predeterminado.
FASES DE EVOLUCIÓN PSICOSEXUAL:
• Etapa oral: desde el nacimiento hasta los 2 años. La zona erógena es la boca y el placer se encuentra en la succión.
• Etapa anal: desde los 2 a los 4 años. La zona erógena es el ano y el placer se encuentra en el retener y expulsar. Siente placer al controlar sus deposiciones y en mostrarlas como signo de su capacidad de producir.
• Etapa fálica: desde los 4 a los 6 años. Se denomina etapa fálica porque se centra en el falo, representación psíquica del pene. Es la etapa de la primacía universal del falo (el niño cree que todo y todos tienen pene), luego va descubriendo la diferencia anatómica entre hombre y mujer, estas primeras percepciones las organiza como fálico-castrado. En este momento se desarrolla el complejo de castración, que consiste en los varones en temor a perder el pene y en las nenas en la envidia de pene.
Según Freud, el primer objeto de deseo es la madre, tanto para el varón como para la nena. Pero en esta etapa la niña se desilusiona de la madre por estar castrado y dirige su deseo hacia el padre.
Alrededor de los 5 años se da el sepultamiento del complejo de Edipo, el deseo de la niña de tener un pene por desplazamiento pasa a querer tener un hijo.
En el varón, renuncia a su madre por temor a perder su pene. Aquí el padre aparece como el elemento castrador, y es fundamental el papel del padre para que internalice la norma, la ley, el límite.
Durante la etapa del complejo de Edipo, la niña se identifica con su madre para lograr el amor de su padre y el niño se identifica con su padre para lograr el amor de su madre.
En el sepultamiento del complejo de Edipo, el aparato psíquico a adquirido un nuevo elemento: el Superyó, el padre y la madre se internalizan como figuras que establecen normas y las identificaciones básicas que formarán el ideal del yo.
• Etapa de latencia: toda la actividad libidinal que estaba tan activa queda suspendida, o mejor dicho existe una sublimación de esta actividad, la energía psíquica es dirigida a otras modalidades que sí son aceptadas social y culturalmente, como son el arte y los deportes.
• Fase genital: en esta etapa que se extiende durante toda la vida adulta, los sujetos se vuelven sujetos sexualmente definidos en sus inclinaciones. La zona erógena por excelencia son los genitales aunque no la única.
LOS MECANISMOS DE DEFENSA
Los utilizamos de manera inconsciente para defendernos de aquellos contenidos que resultan inconvenientes. Algunos de ellos son:
- represión es el mecanismo que impide que se vuelvan conscientes ciertos pensamientos, ideas o representaciones del inconsciente.
-negación: es la tendencia a negar sentimientos de dolor o pérdida.
-proyección: se desliga de la responsabilidad de un acto y se le achaca a otra persona.
-regresión: se vuelve a conductas que han resultado satisfactorias en situaciones anteriores.
Los utilizamos de manera inconsciente para defendernos de aquellos contenidos que resultan inconvenientes. Algunos de ellos son:
- represión es el mecanismo que impide que se vuelvan conscientes ciertos pensamientos, ideas o representaciones del inconsciente.
-negación: es la tendencia a negar sentimientos de dolor o pérdida.
-proyección: se desliga de la responsabilidad de un acto y se le achaca a otra persona.
-regresión: se vuelve a conductas que han resultado satisfactorias en situaciones anteriores.
SERIES COMPLEMENTARIAS
El concepto de series complementarias sirve para explicar cómo actúan las diferentes causas que pueden ocasionar las enfermedades mentales.
• 1° factor: constitución lo innato, lo que se trae.
• 2° factor: disposición las experiencias infantiles.
• 3° factor: desencadenante situaciones actuales que perturban o rompen el equilibrio.
El concepto de series complementarias sirve para explicar cómo actúan las diferentes causas que pueden ocasionar las enfermedades mentales.
• 1° factor: constitución lo innato, lo que se trae.
• 2° factor: disposición las experiencias infantiles.
• 3° factor: desencadenante situaciones actuales que perturban o rompen el equilibrio.
Cada experiencia emocional produce en cada sujeto un impacto particular de acuerdo con su constitución y su historia personal (sobre todo de las experiencias anteriores a los 5 años de vida).
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TEORIA DEL APEGO: JOHN BOWLBY
El psicólogo inglés, John Bowlby demostró en sus investigaciones que los seres humanos de todas las edades son más felices y pueden desarrollar mejor sus capacidades cuando sienten que tras ellos hay una o dos personas dignas de confianza que acudirán en su ayuda si surgen dificultades.
Bowlby afirma que la modalidad de apego influye en la forma de vincularse y en el tipo de pensamientos, sentimientos y recuerdos que se genera en cada uno.
Comprobó que los niños de apego seguro lloraban poco y se mostraban contentos mientras exploraban en presencia de su madre; los niños de apego inseguro lloraban mucho incluso en brazos de sus madres.
El psicólogo inglés, John Bowlby demostró en sus investigaciones que los seres humanos de todas las edades son más felices y pueden desarrollar mejor sus capacidades cuando sienten que tras ellos hay una o dos personas dignas de confianza que acudirán en su ayuda si surgen dificultades.
Bowlby afirma que la modalidad de apego influye en la forma de vincularse y en el tipo de pensamientos, sentimientos y recuerdos que se genera en cada uno.
Comprobó que los niños de apego seguro lloraban poco y se mostraban contentos mientras exploraban en presencia de su madre; los niños de apego inseguro lloraban mucho incluso en brazos de sus madres.
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